Aux États-Unis, la langue des indiens Cherokee, victime collatérale de la pandémie
Le peuple Cherokee, dont descendent cinq à sept millions de personnes dans le monde, voit sa culture linguistique menacée. Ses locuteurs, âgés, sont des cibles de choix pour le Covid-19.
La nation Cherokee, aux États-Unis, compte 385.000 membres, principalement dans l’Oklahoma, depuis qu’ils ont été chassés par les colons de la côte est. Parmi eux, seules deux mille personnes parlent ou ont grandi avec la langue ancestrale, le cherokee. Et sur cette poignée d’individus, au moins trente sont décédés du Covid-19.
Interrogé par France Info, Chuck Hoskin Jr, chef de la nation, explique vouloir combler ce manque. Lui-même ne parle pas le dialecte ancien. Il avait d’ailleurs lancé, avant la pandémie, plusieurs programmes afin de faire renaître cette pratique linguistique : «Tous nos programmes étaient en cours quand le Covid a frappé, menaçant encore plus une langue déjà en voie d’extinction. C’est une course contre la montre. Quand ces locuteurs vieillissent et meurent, nous perdons des gens précieux. Alors nous créons des opportunités de parler cherokee parce que si une langue ne sert pas, il est difficile de la sauver.»
En Estados Unidos, la lengua de los indios Cheroquis también es víctima de la pandemia
El pueblo cheroquí, con el que se encuentran emparentadas de cinco a siete millones de personas en todo el mundo, está viendo amenazada su cultura lingüística. Sus hablantes, mayores, son hoy un blanco fácil para la covid-19.
La nación cheroquí, en Estados Unidos, cuenta con 385 000 miembros, asentados principalmente en el Estado de Oklahoma desde que fueran expulsados de la costa este del país por parte de los colonos. Entre ellos, solo dos mil integrantes hablan su lengua ancestral, el cheroqui, o se han criado con ella. Y de este puñado de personas, al menos treinta han fallecido por culpa de la covid-19.
Interrogado por el medio France Info, Chuck Hoskin Jr. —líder de la nación explica querer llenar esta falta. Él tampoco habla el dialecto antiguo de su lengua. De hecho, justo antes de que se iniciara la pandemia, había puesto en marcha varios programas con el fin de que esta herencia lingüística renaciera: «Todos nuestros programas estaban funcionando hasta que llegó la Covid y amenazó más aún una lengua en vía de extinción. Es una carrera contra el tiempo. Cuando nuestros hablantes envejecen y mueren, perdemos a personas muy preciadas. Por eso creamos oportunidades para hablar el cheroqui, pues cuando una lengua ya no tiene utilidad, está condenada».
Vacciner pour sauver ce patrimoine linguistique
Sur ces deux mille locuteurs, la moyenne d’âge se situe autour de 67 ans. Une cible de choix pour la maladie. C’est pourquoi la priorité vaccinale fut accordée aux personnes âgées, mais aussi au personnel de santé. Résultat, la moitié d’entre eux sont aujourd’hui vaccinés et les Cherokees sceptiques vis-à-vis du traitement ont été rassurés. Il ne faut pas oublier que, comme les Afro-Américains, les Amérindiens ont subi de fortes persécutions de la part des autorités fédérales, dont le corps médical.
«Leurs enfants, leurs petits-enfants ou eux-mêmes ont partagé l’histoire de leur vaccination, explique le chef Hoskin. Et le meilleur porte-parole du vaccin, ce n’est pas moi, le chef de la nation Cherokee mais tous ces anciens et ces locuteurs qui sont vénérés par notre communauté. Nous allons nous servir de cet enthousiasme, de cet optimisme, de cette confiance pour vacciner le plus grand nombre. Au final, nous aurons une dette immense vis-à-vis de ces anciens Cherokees qui ont fait le premier pas, qui se sont fait vacciner et qui nous ont montré à tous que c’était la bonne chose à faire.»
Ayant dû fermer ses casinos, principale source de revenus, il y a un peu moins d’un an à cause de la pandémie, la nation Cherokee a fait le choix de redistribuer la nourriture de ces établissements aux personnes âgées. Signant là le plus grand plan d’aide alimentaire que ce peuple ait jamais connu. Les vivres ayant été distribuées par de jeunes traducteurs, ceux-ci ont également pu expliquer aux anciens, dans la langue cherokee, les gestes et réflexes à adopter face au Covid.
Vacunar para salvar este patrimonio lingüístico
La edad media de estos dos mil hablantes ronda los 67 años, es decir un blanco preferido por la enfermedad. Por eso se ha dado prioridad a la vacunación de las personas mayores, pero también del personal sanitario. Como resultado, la mitad de ellos hoy se encuentran vacunados, al tiempo que se ha hablado con los cheroquis más escépticos acerca del tratamiento con el fin de convencerlos. No olvidemos que los pueblos amerindios han sido señalados, tanto como los afroamericanos, de manera intensa por parte de las autoridades federales, e incluso por el colectivo sanitario.
«Sus hijos, nietos o ellos mismos han compartido su experiencia con la vacuna», explica el jefe Hoskin. «Y el mejor portavoz acerca de la vacunación no soy yo, el jefe de la nación cheroqui, sino sus ancianos y hablantes venerados por nuestra comunidad. De modo que aprovechemos este entusiasmo, este optimismo y esta confianza para vacunar al mayor número de personas posible. Al final, contraeremos una deuda enorme con estos ancianos cheroquis que dieron el primer paso, que se han vacunado y nos han demostrado a todos que esa era la decisión correcta».
Como hace poco menos de un año, debido a la pandemia, se cerraron los casinos, principal fuente de ingresos para el pueblo cheroquí, este último ha tomado la decisión de repartir los alimentos de estos establecimientos entre sus miembros más envejecidos, lo que supone embarcarse en el programa de ayuda alimentaria más ambicioso que este pueblo jamás haya conocido. Los víveres fueron distribuidos por unos jóvenes traductores, quienes al mismo tiempo pudieron explicar a los ancianos, en lengua cheroqui las medidas y recomendaciones que debían adoptar para enfrentarse a la covid.
(traducción mía)